a woman standing outside in a field

Kalapuya grad to pursue career in nursing

Gabriela Martinez, 18, wants her future to involve taking care of others – and it’s a role she said she’s always been comfortable with.

As the oldest of four siblings, Martinez said she naturally gravitates towards leadership and caretaking, and over the course of her childhood has looked at careers like being a police officer or firefighter.

But Martinez has landed on a slightly different path and will instead head to Lane Community College this fall to begin classes to become a nurse.

“This choice just feels like the right one,” she said. “I get to take care of people and get to know them instead of taking care of them for just a little bit like a first responder.”

Martinez will soon graduate from Kalapuya High School, a place that she said has given her the confidence, structure and focus due to smaller class sizes and more individualized attention.

Prior to enrolling at Kalapuya about 18 months ago, Martinez said she was struggling with her grades, mental health and self-worth.

“I’ve always kept my feelings to myself and have been scared to ask for help because I didn’t want to inconvenience anyone,” she said. “When I went into high school things only got worse. I struggled to even get to school, combined with anxiety and depression, it was a rough start going in.

Upon switching to Kalapuya about halfway through her junior year, however, Martinez, said she was able to slowly turn things around.

“When I finally decided to switch here, slowly started to ask for more help,” she said. “I wanted to change and graduate and knew the only way to do that was to ask for help.”

“When I started I only had 8-10 credits and now I have nearly all of my credits,” she said. “Here, I’m able to practice and be myself and the confidence to ask for help – I’m able to advocate for myself.”

Now, Martinez is working to apply for scholarships, federal aid, jobs and any other opportunities that will allow her to continue her education. She’s excited for her next steps and is eager to continue on her path to becoming a nurse and attributes her newfound drive, in part, to Kalapuya staff.

“I am just so thankful for this small, friendly environment that has taught me how to ask for help,” she said. “Talking and socializing has always been hard for me because I overthink things, but the teachers and staff here have helped me to realize that asking for help doesn’t mean you’re less than. There’s strength in being able to say ‘hey I need help with this.’”


Graduada de Kalapuya seguirá una carrera en enfermería

Gabriela Martínez, de 18 años, quiere que su futuro implique cuidar a los demás, y es un papel con el que dijo que siempre se ha sentido cómoda.

Como la mayor de cuatro hermanos, Martínez dijo que naturalmente gravita hacia el liderazgo y el cuidado, y en el transcurso de su juventud ha buscado carreras como ser oficial de policía o bombero.

Pero Martínez ha está tomando un camino ligeramente diferente y en su lugar se irá al Colegio comunitario de Lane este otoño para comenzar las clases para convertirse en enfermera.

“Esta elección se siente como la correcta”, dijo. “Puedo cuidar a las personas y conocerlas en lugar de cuidarlas un poco como un primer respondedor”.

Martínez pronto se graduará de la preparatoria de Kalapuya, un lugar que, según ella, le ha dado la confianza, la estructura y el enfoque debido al tamaño más pequeño de las clases y la atención más individualizada.

Antes de inscribirse en Kalapuya hace unos 18 meses, Martínez dijo que estaba luchando con sus calificaciones, salud mental y autoestima.

“Siempre he guardado mis sentimientos para mí misma y he tenido miedo de pedir ayuda porque no quería molestar a nadie”, dijo. “Cuando entré en la preparatoria, las cosas solo empeoraron. Luché incluso para llegar a la escuela, combinado con la ansiedad y la depresión, fue un comienzo difícil.”

Sin embargo, al cambiar a Kalapuya a la mitad de su tercer año, Martínez dijo que pudo cambiar lentamente las cosas.

“Cuando finalmente decidí cambiarme aquí, lentamente comencé a pedir más ayuda”, dijo. “Quería cambiar y graduarme y sabía que la única manera de hacerlo era pedir ayuda”.

“Cuando empecé solo tenía de 8 a 10 créditos y ahora tengo casi todos mis créditos”, dijo. “Aquí, puedo practicar y ser yo misma y la confianza para pedir ayuda, puedo abogar por mí misma”.

Ahora, Martínez está trabajando para solicitar becas, ayuda federal, empleos y cualquier otra oportunidad que le permita continuar su educación. Está emocionada por sus próximos pasos y está ansiosa por continuar en su camino para convertirse en enfermera y atribuye su nuevo impulso, en parte, al personal de Kalapuya.

“Estoy muy agradecida por este ambiente pequeño y amigable que me ha enseñado a pedir ayuda”, dijo. “Hablar y socializar siempre ha sido difícil para mí porque pienso demasiado las cosas, pero los maestros y el personal aquí me han ayudado a darme cuenta de que pedir ayuda no significa que seas menos que. Hay fuerza en poder decir ‘oye, necesito ayuda con esto'”.